lunes, enero 15, 2007

Regreso

El Autor se dejó llevar con los ojos cerrados, la fuerza con la que su plano lo jalaba era gentil pero persistente.
Ya las primeras gotas de brisa chocaban con su cara.
Ya el viento revolvía su cabello.
Ya el aroma del mar llenaba sus fosas nasales.
Ya el cielo amarillo hacía notar la luz a través de su párpados.
Ya la arena blanca se sentía......
¿Blanca?
Sus ojos se abrieron subitamente, sus pupilas se habituaron a la luz y vio. Manchas de arena blanca y aguas claras invadían su plano, columnas de humo se alzában del Bosque del Desdén, el odio se fugaba a borbotones de su prisión.
Cuando el Autor estaba a punto de dar el primer paso su atención fue capturada por un extraño monumento, un altar. Escaleras talladas en piedra blanca y huesos coronando la cima del altar le relataban en voces silenciosas lo sucedido.
Subió las escaleras.
Sobre una mesa de piedra reposaba una vasija de plata y mármol, la cual contenía una arena muy particular que el Autor reconoció de inmediato. Lágrimas luchában por salir de sus ojos mientras contemplaba a su discípulo, a su guardián, a su amigo, arrebatado de la vida que él le había dado.
Sus lágrimas se transformaron en lágrimas de ira cuando vio a lo lejos una figura con armadura de plata y túnica blanca que conjuraba hechizos en contra de su creación.

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Por cierto, ya cumplió un año el blog.

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3 Comments:

Blogger Mondblume said...

Interesante, arena blanca en quella inmensa negrura, interesante, pero al mismo tiempo hermosa.

3/2/07 11:29 a.m.  
Blogger Nerea said...

Habremos de matar a aquel conjurador de hechizos que sin licencia ni consideración seca la mente del Autor

19/2/07 1:34 p.m.  
Blogger El Autor said...

Muera la arena blanca

25/2/07 9:19 p.m.  

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