domingo, marzo 05, 2006

Mordido

Duele, después de todo. No importa que lo hagas por tu voluntad, transformarse duele. Aún siento su sabor en la boca, el sabor a óxido de la sangre. Estoy muy mareado, todo mi cuerpo se contrae y se expande sin control, mis encías estallan para liberar el hueso y la sangre. Solo falta terminar el proceso, saco la hoja de plata que guardo bajo la cama y corto mi garganta....

Oscuridad.

Y de pronto vida, vida eterna, fuerza superior, agilidad sobrehumana, pero sobre todo hambre, instinto de casa, y una pobre humana pasando bajo mi ventana. Escucho el llamado de la sangre que corre por sus venas. No puedo esperar para escucharla correr dentro de mi garganta....

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1 Comments:

Blogger Unknown said...

qué horror

4/3/08 9:38 p.m.  

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