jueves, septiembre 27, 2007

Décimo Primera Crónica: Davath

-¿Qué sucede Davath?- preguntó Kerath cuando los demás generales partieron.
-No podemos esperar a reunir todo el ejército, cada día la actividad en Belmar se vuelve más irregular.-dijo Davath con severidad. -Nuestros números no están intactos Kerath, todas las ciudades se han defendido bien, Jorflang y Vatha en particular, y sabes que los hechiceros de Belmar no son de subestimarse.-
-Nuestras victorias han sido aplastantes Davath, desde que comenzamos la guerra la convicción y el valor de cada uno de los soldados y hechiceros nos han ganado terreno y campos de batalla. Si todo el ejército se encuentra reunido no podemos conocer derrota.-
-¡No, Kerath! Por cada facción del ejército que regresa llega un contingente nuevo del ejército enemigo. Con cada reino que se anexa a esa alianza aumenta la diversidad mágica, estratégica y combativa de nuestros enemigos.
-Pero Davath, si tan solo tus hechizos borran ciudades de la faz de Teluria. No subestimes la convicción de los que me siguen, pues ninguno es mi esclavo.-
-Yo fui el primero en seguirte Kerath, y la libertad de tus guerreros nunca ha sido puesta en tela de juicio. Comprende las preocupaciones de aquel que te conoce y te estima desde la infancia, aquel cuya traición nunca debes temer, aquel que cuida tu espalda de hechizo, acero y flecha.-
-Desde la infancia has sido mi mejor amigo, mi único amigo, nunca olvidaré el día en que comenzamos esto, en que voluntariamente, fraternalmente, me cediste el mando de la armada, diciendo de corazón que yo era el indicado para guiarnos a la victoria. Y por eso te pido tengas confianza en nuestro poderío, aunque nos superen en número nunca nos superarán en poder, valor y convicción.-
-Nos superan al menos diez a uno Kerath, y cada día esa escala crece en contra nuestra.-
-Esas son buenas noticias, esperaba más de todo un plano unificado.-
-¡Todos vienen por tu cabeza! ¡Y ni siquiera mi poder puede detenerlos a todos!-

Kerath permaneció en silencio, pensativo.

-Tu consejo siempre es sincero, Davath, y nunca pasará a la ligera por mis pensamientos.
Informa a mis generales que atacaremos al amanecer en dos días. La ciudad de Belmar caerá, igual que todas las otras antes que ella.

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