miércoles, junio 06, 2007

Tercera Crónica: Delvan

No fue hasta que la ciudad de Vatha fue reducida a escombros y cenizas que el ejercito de Kerath continuó su marcha.

Los animales carroñeros se lamían el hocico cuando de pronto un montón de escombros se movió, de él salió un hombre cubierto en polvo y sangre, apenas vestido con lo que alguna vez fue una túnica, las insignias plateadas que señalaban su rango de Maestro se habían perdido en el derrumbe. Delvan sacudió su cabello castaño y sus manos para librarse de un poco de polvo. Cayendo de rodillas por el cansancio de la batalla se recargó contra una enorme piedra, alguna vez parte de un edificio de la Academia, y acunó sus manos. De ellas brotó agua fresca, la cual bebió ávidamente, saciando su sed y recuperando algo de fuerza.
Delvan caminó por los escombros, encaminándose hacia el norte, donde todavía quedaban algunos pequeños pueblos, demasiado pequeños para despertar la ambición de Kerath.
De pronto un pequeño niño apareció de detrás de una columna con la cara empapada de polvo y lágrimas, su pequeña túnica rasgada y manchada de sangre, y una mano extendida amenazadoramente hacia el Maestro. Demantus, al ver que el hombre que tenía en frente vestía los colores de la Academia, sonrió y cayó al suelo, desmayado.
Delvan, quien no creía que un niño hubiera sobrevivido, y mucho menos tenido el valor para pelear hasta el último aliento, tomó al niño en sus brazos y se dirigió con paso seguro hacia el pueblo más cercano.

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2 Comments:

Blogger Ictericia said...

¿Hay un cuervo en mi ventana?

13/6/07 1:09 p.m.  
Blogger Ictericia said...

Porque si abres la puerta te caerá un balde de pintura

13/6/07 1:13 p.m.  

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