domingo, junio 03, 2007

Primera Crónica: Demantus

La ciudad de Vatha ardía, el ejército de Kerath avanzaba por las calles dejando un rastro de sangre y fuego a su paso. La Academia de Magia sostenía una fiera resistencia. Desde las ventanas aprendices y maestros lanzaban sus más poderosos hechizos en contra del ejército enemigo. La puerta principal de la academia cayó y la guerra se libró dentro, cara a cara la batalla se tornó más sangrienta.


Demantus, un dotado estudiante de sólo cinco años de edad, deseaba utilizar sus hechizos de desmayo y de mareo en contra de los monstruos que destruían su hogar y mataban a sus amigos, pero los pequeños fueron llevados al tercer sótano, el lugar más seguro de toda la Academia.

Con sólo un joven hechicero haciendo guardia Demantus escapó fácilmente, subiendo rápidamente las escaleras, reuniendo la energía necesaria para conjurar su primer hechizo. Al llegar a la superficie el panorama dejó a Demantus helado; las paredes escurrían con la sangre de los muertos; cuerpos mutilados, derrumbados en el suelo en extrañas posiciones; la pared exterior destruida y el resto quemándose; el olor de cuerpos calcinados y sangre.
Un hombre vestido con los colores del enemigo vio a Demantus y se abalanzó sobre él. Asustado y tembloroso, el pequeño Demantus levantó sus manos y dejó toda su energía fluir. El hombre detuvo su carrera y comenzó a vomitar una sustancia verde llena de sangre. Sin mirar el desenlace de su hechizo Demantus corrió. Subió las escaleras y desde las ventanas vio a los soldados enemigos, bañados en sangre, destripando a los cadáveres en el suelo, gritando alrededor de la Academia en llamas. En el centro se encontraba su comandante, un hombre joven, de cabello largo y negro como las sombras, su piel pálida reflejaba la luz de las llamas y sus ojos grises inspeccionaban los vestigios de la batalla. Un grito nació entre el grupo de soldados:

Davath, Davath,Davath!- rugían los soldados.

Su comandante sonrió, estirando una mano hacia el edificio más alejado de él. La antigua estructura explótó en un mar de fuego, lentamente cediendo al poderoso hechizo del segundo al mando de Kerath.

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