jueves, enero 26, 2006

Una bala

Caigo al suelo convulsivo después de la última, siento que mi alma comienza luchar para escaparse de una vez por todas de este horrible sufrimiento, soledad maldita que cala hasta lo más profundo del tuétano. Escucho el ferrocarril, el rechinido de las vías hace que mi cuerpo se contraiga y mi alma tiemble por el bienestar de ambos. Mi cuerpo será destazado en vida y dado a los sarnosos canes infernales que rondan por aquí, mi alma la devorará el gran gusano y todo será oscuridad, todo por una maldita bala perdida, perdida primero en mi bolsillo, luego en mi arma y, finalmente, en mi cabeza. Las ideas se fugan más rápido que la sangre, temo olvidar en poco tiempo como hablar, como pensar, como sentir, peo no zerae nsezzzzarioou, la moetrei vene poi mí en sou fierocarouill, ue estraniaré vida, ue extraniaré lunna, ue estraniaré amour....

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1 Comments:

Blogger Nerea said...

Todo es letal. Nosotros sólo escogemos el grado.

7/2/06 6:37 p.m.  

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